miércoles, julio 18, 2012

Nada importa más que la vida misma

  Quienes hemos pasado por el trasiego que te lleva una enfermedad tan cruel, sabemos entendernos con pocas palabras, con una simple mirada, con solo cogerte de la mano, con un afectuoso abrazo...
Hay momentos duros no,  durisímos. Sin pensar y sin ni siquiera asimilar nada de lo que pasa, te encuentras con un " ya no podemos hacer nada", " es un enfermo terminal ", " tiene fecha de caducidad ", y te hablan de alguien a quien quieres con toda tu alma, joder. Y te quieres morir directamente, con tal de evitar el desgarro tan grande que siente tu corazón, un corazón que ya nunca más se repone ante tanto dolor. ¿¿ Qué mente está preparada para entender, asimilar, comprender... ?? ¿¿ Quién es capaz ??. Sólo tú y tu fuerza, pues ya cada uno tiene bastante en ese momento de mantenerse. Quienes han pasado por ello, sé que me entienden.
 Pensaba ante tan aturullado momento mental, que no era posible vivir algo así, no podía creer vivir y sentir un dolor tan inhumano, no era creíble, pero era la pura realidad.
Y sí, era posible, nos ocurrió , ocurrió hace apenas un mes a una joven madre despedirse de su  pequeñín de tan solo año y medio, ( Marcos). A una mujer y su hijo despedirse de su marido y su padre, un hombre joven ( Majete) ... Y de nuevo otra familia destrozada, otra joven chica con toda la vida por hacer ( Rosana).
Pero qué injusta vida, qué injustas las soluciones, qué injustas palabras que se han de escuchar cuando estás roto, qué injusticia de vida tanto sufrir para no tener recompensa.
 Otra vez aparecen los recuerdos, momentos que nunca nadie debería vivir, otra vez el terrible dolor que realmente, nunca desaparece ...
Lo siento y realmente es poco decir, para todo lo que en verdad siento.
Demasidos angeles ya, demasiado dolor...